27 de diciembre de 2011

La Vida retorna



Jn 20,2-8

“El primer día de la semana, María Magdalena fue corriendo a Simón Pedro y a donde estaba el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: ‘Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto’. Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó.”


COMENTARIO

Los discípulos de Jesús tenían miedo porque se habían quedado sin el Maestro... Resulta curioso que un texto como el de San Juan de hoy ilustre una fecha muy cercana a la Navidad. Sin embargo, no es nada disparatado.

Jesús nace en nuestros corazones cada día pero en un momento determinado del año celebramos que nació como hombre. También resucita en nuestros corazones cuando lo dejamos de perder y cuando nos lo volvemos a encontrar porque se hace el encontradizo en nuestras vidas...

Creemos cuando vemos pero debemos creer sin ver. Eso fue lo que le dijo al apóstol Tomás cuando no quiso, éste, creer que se había presentado ante sus compañeros. Y luego dijo “Señor mío y Dios mío”. Creamos, pues, que Cristo ha vuelto a nacer y que nunca se va de nuestra vida y nuestro corazón.

JESÚS,  naciste y naces cada día en nuestra vida. No podemos dejarte olvidado el resto de días del año que no son, con su fecha, Navidad, el 25 de diciembre. No deberíamos abandonarte nunca, hermano Cristo.



Eleuterio Fernández Guzmán


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