2 de marzo de 2022

Según lo quiere Dios

Mt 6, 1-6.16-18


Jesús dijo a sus discípulos:

Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre de ustedes que está en el cielo. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.

Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.


Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.


Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.


Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres noten que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa.


Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.”


COMENTARIO

Es una gran verdad que los creyentes, en muchas ocasiones, no tenemos en cuenta algo tan importante como es que Dios, nuestro Creador, ve todo lo que hacemos y eso, seguramente, deberíamos tenerlo en cuenta. Por eso, su Hijo, engendrado y no creado, nos advierte de una serie de acciones nuestras que algunas veces nos hacen desviar la atención de lo que importa.

Cuando Jesucristo habla tanto de orar como de dar limosna o de ayunar no lo hace para que eso no lo tengamos en cuenta sino, al contrario, para que lo tengamos en cuenta como debemos tenerlo en cuenta.

Nos podemos dar cuenta con facilidad de que el Hijo de Dios quiere que nosotros hagamos bien las cosas y que no pretendamos ser alabados por los demás sino, en todo caso, por Dios que tanto nos tiene en cuenta. Por eso nos dice cómo debemos actuar para que así sea.


JESÚS, gracias por darnos pistas acerca de cómo debemos hacer las cosas del alma.


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