29 de octubre de 2020

Ver al Hijo de Dios

Lc 13, 31,35


"En aquel mismo momento se acercaron algunos fariseos y le dijeron: 'Sal y vete de aquí, porque Herodes quiere matarte.' Él les contestó: 'Id a decir a ese zorro: Yo expulso demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana, y al tercer día soy consumado. Pero conviene que hoy y mañana y pasado siga adelante, porque no cabe que un profeta perezca fuera de Jerusalén.
'¡Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina su nidada bajo las alas, y no habéis querido! Pues bien, se os va a dejar desierta vuestra casa. Os digo que no me volveréis a ver hasta que llegue el día en que digáis:
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!'"




COMENTARIO


Ciertamente, las palabras del Hijo de Dios en este texto del Evangelio de San Lucas tienen todo que ver con las ansias del poder de acallar a quien disiente de lo que sostiene el mismo. Y es que Herodes quería matar a Jesucristo no por el poder que tuviera sino porque podía socavar espiritualmente el del mandatario judío.


Jesucristo vaticina que la casa de Israel va a ser abandonada. Y es que, cuando muera, en efecto, habrá una abandono de la misma pero luego, como sabemos, todo volverá a su cauce.


Las advertencias de Jesucristo, como sabemos, no fueron escuchadas por según qué personas y eso, podemos decir, resultó ser un beneficio espiritual para todo aquel que se considerara discípulo de Cristo.




JESÚS, gracias por ser tan franco y verdadero.


Eleuterio Fernández Guzmán

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