18 de octubre de 2020

La moneda de Dios

Mt 22, 15-21

“15 Entonces los fariseos se fueron y celebraron consejo sobre la forma de sorprenderle en alguna palabra. 16  Y le envían sus discípulos, junto con los herodianos, a decirle: ‘Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas  el camino de Dios con franqueza y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas.17 Dinos, pues, qué te parece, ¿es lícito pagar tributo al César o no?’18 Mas Jesús, conociendo su malicia, dijo: ‘Hipócritas, ¿por qué me tentáis? 19 Mostradme la moneda del tributo.’ Ellos le presentaron un denario. 20 Y les dice: ‘¿De quién es esta imagen y la inscripción?’ 21 Dícenle: ‘Del César.’ Entonces les dice: ‘Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios.’”

 

COMENTARIO

 

Lo que nos dice el Hijo de Dios al final de la conversación que mantiene con aquellos que querían cogerlo en un renuncio espiritual, tiene tanto de lección que, con franqueza lo decimos, no deberíamos olvidarla nunca que es, precisamente, lo que hicieron aquellos que le hicieron aquella tramposa pregunta.

 

Sin duda, aquellos que querían engañarlo le preguntan por aquello de la moneda querían ver si les decían que no debían pagar tributo al César o si no debían. Por un lado o por otro, iban a cogerlo en un renuncio, según ellos creían.

 

Jesucristo, sin embargo, sabe del pie del que cojean. Ellos deben, según dice el Hijo de Dios, dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios pero eso, según parece, no les convenía y no estaban dispuesto a seguirlo.

 

 

JESÚS,  gracias por poner las cosas en su sitio.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

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