Lc 17, 5-10
“5 Dijeron los apóstoles al Señor; ‘Auméntanos la
fe.’ 6 El Señor dijo: ‘Si tuvierais fe
como un grano de mostaza, habríais dicho a este sicómoro: "Arráncate y
plántate en el mar", y os habría
obedecido.’ 7 ‘¿Quién de vosotros tiene un siervo arando o pastoreando y,
cuando regresa del campo, le dice: ‘Pasa al momento y ponte a la mesa?’ 8 ¿No
le dirá más bien: ‘Prepárame algo para cenar, y cíñete para servirme hasta que
haya comido y bebido, y después comerás y beberás tú?’ 9 ¿Acaso tiene que
agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado? 10 De igual modo
vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: Somos siervos
inútiles; hemos hecho lo que debíamos
hacer.’”
COMENTARIO
Es
más que posible que haya quien crea que las palabras del Hijo de Dios son
duras. Y es que llama, a muchos, “siervos inútiles”. Y eso puede ser algo muy fuerte
para quien se crea que, por su parte, no es nada inútil…
En
realidad la prueba de que lo somos y de que nuestra fe es escasa y pequeña es
que, seguramente, no hay nadie de entre los que esto puedan leer (ni quien esto
escribe) que sea capaz de hacer mover un árbol de sitio teniendo fe y poniéndola
a tal efecto.
Debemos
pedir, sí, que Dios aumente nuestra fe pero también debemos poner de nuestra
parte porque, de otra forma, no será fácil que la fe aumente que, al fin y al
cabo, es cosa muy particular y más que íntima.
JESÚS, aumenta nuestra fe. ¡Sí, auméntanosla!
Eleuterio Fernández Guzmán
No hay comentarios:
Publicar un comentario