27 de febrero de 2018

Saber lo que debemos ser



Mt 23, 1-12

“1 Entonces Jesús se dirigió a la gente y a sus discípulos 2 y les dijo: ‘En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. 3 Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen. 4 Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas. 5 Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del manto; 6 quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, 7 que se les salude en las plazas y que la gente les llame ‘Rabbí’. 8 ‘Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar ‘Rabbí’, porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos. 9 Ni llaméis a nadie ‘Padre’ vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo. 10 Ni tampoco os dejéis llamar ‘Directores’, porque uno solo es vuestro Director: el Cristo. 11 El mayor entre vosotros será vuestro servidor. 12 Pues el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.”



COMENTARIO

Lo que Jesucristo quiere decir con las palabras que recoge este pasaje del Evangelio de San Mateo es que debemos sabe a qué atenernos en materia de fe porque no siempre lo que parece bueno lo es.

Había quien parecía que hacía bien las cosas pero a Dios no se le puede engañar. Por eso Jesucristo, que los conocía más que bien, pone sobre la mesa la verdad que no era, precisamente, lo que aquellos llevaban a la práctica.

De todas formas, hay algo que es muy importante en este texto: hay que ser servidor de quien necesita ser servido. Y, además, no debemos olvidar tampoco la humildad como virtud esencial a tener en cuenta porque sólo siendo humilde se alcanza del definitivo Reino de Dios.


JESÚS, ayúdanos a ser humildes.

Eleuterio Fernández Guzmán


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