26 de febrero de 2018

Misericordioso ha de ser nuestro corazón


Lc 6, 36-38

“36 ‘Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. 37 No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. 38 Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá.’”

COMENTARIO

Lo que el Hijo de Dios nos dice en este texto del Evangelio de San Lucas es la base, sencillamente, de nuestra fe católica. Y es que son palabras que van, directamente, al corazón.

Debemos ser compasivos. Y lo debemos ser porque nuestro Padre del Cielo lo es con nosotros, que en tantas tentaciones caemos y tantos pecados cometemos mientras que el Señor nos perdona por tener un corazón de carne.

Hay algo, sin embargo, que debemos tener en cuenta. Y es que según hagamos nosotros al respecto de nuestro prójimo así seremos tratados por Dios. Y eso debería ser más que suficiente como para tomar según qué decisiones y llevar a cabo según qué acciones.


JESÚS, ayúdanos a tener fe y a actuar en consecuencia.

Eleuterio Fernández Guzmán

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