Lc 6,12-1
"En aquellos días, Jesús se fue al monte a
orar, y se pasó la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a
sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles.
A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a
Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado
Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor.
Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano;
había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de
toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían
venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados
por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle,
porque salía de Él una fuerza que sanaba a todos".
COMENTARIO
Jesús
debía continuar con su labor, con la misión que Dios-Padre le había encargado.
Pero, para eso, debía escoger a un grupo de ente sus discípulos para que
transmitiesen la Palabra del Creador y la santa doctrina de Jesucristo. Y
escogió a doce.
Cada
uno de ellos tenía un trabajo determinado pero todos ellos acabaron siendo
pescadores de hombres porque iban a atraer a la humanidad hacia Dios y hacia su
Reino que, en Jesucristo, había llegado a la Tierra.
Muchos,
ya entonces, seguían a Jesús. Algunos porque tenían curiosidad por ver a un
Maestro famoso; otros porque, de verdad, creían en Él. Pero Cristo, a pesar de
saber eso no cejó en cumplir la misión encargada por su padre.
JESÚS, ayúdanos
a tenerte por Hijo que, en el nombre del Padre, nos dice qué es lo que nos
conviene.
Eleuterio Fernández Guzmán
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