Lc, 12, 13-31
“13 Uno de la gente le dijo: ‘Maestro,
di a mi hermano que reparta la
herencia conmigo.’ 14 Él le respondió:
‘¡Hombre! ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?’ 15 Y les
dijo: ‘Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida
de uno no está asegurada por sus bienes.’ 16 Les dijo una parábola: ‘Los campos de cierto hombre rico dieron mucho
fruto; 17 y pensaba entre sí, diciendo: ‘¿Qué haré, pues no tengo donde reunir
mi cosecha?’ 18 Y dijo: ‘Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, y
edificaré otros más grandes y reuniré allí todo mi trigo y mis bienes, 19 y
diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años.
Descansa, come, bebe, banquetea.’ 20 Pero Dios le dijo: ‘’Necio! Esta misma
noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?’ 21
Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios.’
22 Dijo a sus discípulos: ‘Por eso os
digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro
cuerpo, con qué os vestiréis: 23 porque la vida vale más que el alimento, y el
cuerpo más que el vestido; granero, y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valéis vosotros
que las aves! 25 Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se
preocupe, añadir un codo a la medida de su vida? 26 Si, pues, no sois capaces
ni de lo más pequeño, ¿por qué preocuparos de lo demás? 27 Fijaos en los lirios, cómo ni hilan ni tejen.
Pero yo os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos.
28 Pues si a la hierba que hoy está en el campo y mañana se echa al horno, Dios
así la viste ¡cuánto más a vosotros, hombres de poca fe! 29 Así pues, vosotros
no andéis buscando qué comer ni qué beber, y no estéis inquietos. 30 Que por
todas esas cosas se afanan los gentiles del mundo; y ya sabe vuestro Padre que
tenéis la necesidad de eso. 31 Buscad más bien su Reino, y esas cosas se os
darán por añadidura.”
COMENTARIO
Lo
que Dice Jesucristo acerca de que hay algo más importante que los bienes no
debería ser olvidado por nadie, fuera o no discípulo suyo. Y es que el Hijo de
Dios sabe lo que dice al ser Dios hecho hombre.
Tampoco
debemos olvidar, como bien nos dice nuestro hermano Jesucristo que somos poca
cosa. Incluso los lirios son como son sin nada hacer ellos.
Nosotros,
por tanto, sólo debemos buscar a Dios, amar a Dios, tenerlo en nuestro corazón
como Quien es: nuestro Creador y Aquel que, habiéndolo hecho todo, nada
abandono ni ha abandonado nunca.
JESÚS, ayúdanos a comprender su santa Palabra.
Eleuterio
Fernández Guzmán
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