10 de junio de 2016

La Ley de Dios como es

Viernes X del tiempo ordinario
Mt 5,27-32

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: ‘Habéis oído que se dijo: ‘No cometerás adulterio’. Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna. Y si tu mano derecha te es ocasión de pecado, córtatela y arrójala de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna.

‘También se dijo: ‘El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio’. Pues yo os digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto el caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio’”.

COMENTARIO

La Ley de Dios no era, en mucho, como habían llegado a pensar los poderosos, desde el punto de vista espiritual, de tiempos de Cristo. Ellos la habían adaptado a sus egoístas intereses y eso era algo que el Hijo de Dios no podía aceptar.

Y pone ejemplos. En el caso del adulterio es más que claro. Y todo va más allá de lo que, por lo común, se creía. Y es que el pecado va más allá de lo que suele pensar y, las más de las veces, no comprendemos lo que eso significa.

Pero Jesús dice algo que puede parecer terrible. Sin embargo, cuando habla de cortarse la mano no ha de querer decir, literalmente eso, sino que procuremos no caer en tentaciones como las que nos puede hacer car en el Infierno.


JESÚS,  ayúdanos a comprender el sentido de la Ley de Dios.



Eleuterio Fernández Guzmán

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