12 de agosto de 2015

Corregir, en nombre de Cristo



Miércoles XIX del tiempo ordinario

Mt 18,15-20

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘si tu hermano llega a pecar, vete y repréndele, a solas tú con él. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, toma todavía contigo uno o dos, para que todo asunto quede zanjado por la palabra de dos o tres testigos. Si les desoye a ellos, díselo a la comunidad. Y si hasta a la comunidad desoye, sea para ti como el gentil y el publicano. Yo os aseguro: todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo. Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos’”.

COMENTARIO

Jesús sabe que es muy importante que sus discípulos más allegados, sus apóstoles, comprendan lo que significa mantenerse en relación con Dios Padre Todopoderoso. Por eso les enseña algo tan importante como es la corrección fraterna en evitación de males mayores. 


A los que había escogido para ser los transmisores de su santa doctrina les otorga una posibilidad espiritual de gran importancia: atar y desatar. Con eso les daba autoridad para dejar dicho lo que estaba bien y lo que no estaba bien según la voluntad de Dios.


Pedir, también, a Dios en nombre de Cristo. Eso es lo que les dona Aquel que, viniendo del Padre, a Él iba a volver. Y es que estando más de dos reunidos en el nombre de Cristo el Señor está con nosotros, nos acompaña y nos auxilia.


JESÚS, ayúdanos a saber cuándo nos equivocamos.




Eleuterio Fernández Guzmán

No hay comentarios:

Publicar un comentario