24 de octubre de 2012

Prepararse para la llamada de Dios



Miércoles XXIX del tiempo Ordinario

Lc 12, 39-48

“En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen su casa. También vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre’.

Dijo Pedro: ‘Señor, ¿dices esta parábola para nosotros o para todos?’. Respondió el Señor: ‘¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su ración conveniente? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. De verdad os digo que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si aquel siervo se dice en su corazón: ‘Mi señor tarda en venir’, y se pone a golpear a los criados y a las criadas, a comer y a beber y a emborracharse, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los infieles.

‘Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; el que no la conoce y hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos; a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más’".

COMENTARIO

Estar prevenidos para cuando Dios nos llame no es, esto es cierto, nada fácil porque solemos tener la tendencia de acostumbrarnos al mundo y a sus mundanidades.

Si, esperando la llamada de Dios, nos dedicamos a no hacer nada de lo que debemos, el resultado de tal forma de actuar no puede ser nada bueno para nosotros. Así, seremos consideramos no de forma positiva en el tribunal de Dios porque estamos más que avisados de lo que puede suceder en tal caso.

Si, al contrario, actuamos como debemos y mantenemos un estado espiritual sano y limpio, seremos considerados de forma positiva en el tribunal de Dios porque también así está escrito y el Creador no miente nunca.



JESÚS, a nosotros nos toca escoger entre una y otra forma de comportarnos ante la que será segura llamada de Dios. Bien o mal… así actuamos y, por desgracia, demasiado mal en demasiadas ocasiones.




Eleuterio Fernández Guzmán


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