Jn 16,20-23a
“En aquel tiempo, Jesús habló así a sus
discípulos: ‘En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el
mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en
gozo. La mujer, cuando va a dar a luz, está triste, porque le ha llegado su
hora; pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto por el
gozo de que ha nacido un hombre en el mundo. También vosotros estáis tristes ahora,
pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y vuestra alegría nadie os
la podrá quitar. Aquel día no me preguntaréis nada’”.
COMENTARIO
Jesús, en este texto del
evangelio de san Juan, siembra en el corazón de aquellos que entonces le
escuchan, una esperanza basada en la voluntad Dios. Sabe lo que ha de pasar
pero también sabe que en lo que pase no está el final.
Ciertamente, la muerte de
Jesús y, luego, su resurrección, será como un nacimiento. Nacerá un hombre
nuevo, un mundo nuevo y será, ciertamente, una nueva creación.
Y Jesús sienta, en el
corazón de los que le escuchan, algo bueno: ha de volver. Se refiere, entonces,
a su resurrección. Y, como bien sabemos, poco pudieron preguntarle cuando
sucedió porque su asombro sería total.
JESÚS,
ayúdanos a tener
siempre presente tu resurrección.
Eleuterio Fernández
Guzmán
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