10 de marzo de 2016

Cristo cumple la voluntad de Dios


Jueves IV de Cuaresma

Jn 5,31-47

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: ‘Si yo diera testimonio de mí mismo, mi testimonio no sería válido. Otro es el que da testimonio de mí, y yo sé que es válido el testimonio que da de mí. Vosotros mandasteis enviados donde Juan, y él dio testimonio de la verdad. No es que yo busque testimonio de un hombre, sino que digo esto para que os salvéis. Él era la lámpara que arde y alumbra y vosotros quisisteis recrearos una hora con su luz. Pero yo tengo un testimonio mayor que el de Juan; porque las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo, las mismas obras que realizo, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado. Y el Padre, que me ha enviado, es el que ha dado testimonio de mí. Vosotros no habéis oído nunca su voz, ni habéis visto nunca su rostro, ni habita su palabra en vosotros, porque no creéis al que Él ha enviado.

‘Vosotros investigáis las escrituras, ya que creéis tener en ellas vida eterna; ellas son las que dan testimonio de mí; y vosotros no queréis venir a mí para tener vida. La gloria no la recibo de los hombres. Pero yo os conozco: no tenéis en vosotros el amor de Dios. 

‘Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viene en su propio nombre, a ése le recibiréis. ¿Cómo podéis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros, y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que os voy a acusar yo delante del Padre. Vuestro acusador es Moisés, en quién habéis puesto vuestra esperanza. Porque, si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque él escribió de mí. Pero, si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer en mis palabras?’”.

COMENTARIO

Cristo da testimonio por ser Dios

Había muchos que escuchaban a Jesús que no creían en Él. El Hijo de Dios sabía que eso podía ser así porque había muchos intereses en juego en su doctrina santa. Sin embargo les dice con toda claridad que escucharlo a Él es escuchar a Dios porque el Todopoderoso sale en su defensa.

Todo estaba escrito

Resulta curioso que muchos de los que no creían en Jesús y le estaban persiguiendo eran conocedores de sus Escrituras santas. Es decir, por sus estudios deberían haberse dado cuenta de que el Maestro, que hacía cosas extraordinarias, era algo más que un Maestro sabio.

Ellos mismos, incluso, tenían a Moisés para certificar que Jesús era el Mesías enviado por Dios. Les hubiera bastado con leer con otros ojo los libros escritos por el profeta para darse cuenta de una gran verdad: el Mesías había venido y ellos no querían escucharle.


JESÚS,  ayúdanos a escucharte y a creerte.



Eleuterio Fernández Guzmán

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