18 de febrero de 2013

Seremos medidos según hagamos






Lunes I de Cuaresma

Mt 25,31-46

“En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de Él todas las naciones, y Él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: ‘Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme’. Entonces los justos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?’. Y el Rey les dirá: ‘En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis’.



‘Entonces dirá también a los de su izquierda: ‘Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis’. Entonces dirán también éstos: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?’. Y él entonces les responderá: ‘En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo’. E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna’”.


COMENTARIO

A lo largo de su predicación, Jesús hizo muchas referencias escatológicas porque había venido, precisamente, a procurar la salvación eterna todo aquel que creyese que era el Hijo de Dios y que había sido enviado por el Padre.

Según hagamos, así seremos medidos cuando nos presentemos ante Dios. Pero después, cuando el Creador quiera, se producirá la segunda venida de Jesucristo. Lo hará en gloria y entonces unos serán destinados al cielo eterno y otros la fuego eterno.

Jesús nos pone sobre la pista de qué tenemos que hacer ahora mismo, mientras aquí estamos. Ayudar a quien lo necesita y ser, así, misericordiosos, es una recomendación directa del Hijo de Dios. Actuar de otra forma no os procurará nada bueno cuando sea la resurrección de los muertos.

JESÚS,  sabes que es muy importante que comprendamos que debemos salvarnos. Nosotros, sin embargo, en demasiadas ocasiones hacemos como si eso no se refiriera a nuestra existencia definitiva, la eterna.



Eleuterio Fernández Guzmán


No hay comentarios:

Publicar un comentario