Mt 5, 38-48
“’38 Habéis oído que se dijo: 'Ojo por ojo y diente por diente'. 39 Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra: 40 al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; 41 y al que te obligue a andar una milla vete con él dos.42 A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda.43 ‘Habéis oído que se dijo: 'Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo'. 44 Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, 45 para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. 46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? 47 Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? 48 Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial.’”
COMENTARIO
Es
cierto y verdad que en muchas ocasiones el Hijo del hombre ha, por
decirlo así, de leer la cartilla a muchos de sus contemporáneos o, lo
que es lo mismo, poner las cosas en su sitio. Y es que, ciertamente,
habían hecho de la Ley de Dios algo a su medida y no se correspondía con
la realidad misma de la citada Ley.
Muchas
cosas nos dice Jesucristo en este pasaje del Evangelio de San Marcos.
Pero una de ella es de una importancia vital para sus discípulos: amar
al prójimo.
Ciertamente,
no siempre es fácil amar al prójimo según sea el prójimo... Sin
embargo, como bien nos dice Jesucristo, no vale con amar sólo a los
nuestros (eso es muy sencillo) sino que el esfuerzo espiritual de amar a
quien, a lo mejor te odia... eso sí es importante para Dios... sin
descuidar lo otro, claro está.
JESÚS, gracias por mostrarnos el camino hacia el Cielo.
Eleuterio Fernández Guzmán
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