5 de septiembre de 2022

Una lección de misericordia


Lc 6,6-11

“Sucedió que entró Jesús otro sábado en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha seca. Estaban al acecho los escribas y fariseos por si curaba en sábado, para encontrar de qué acusarle. Pero Él, conociendo sus pensamientos, dijo al hombre que tenía la mano seca: ‘Levántate y ponte ahí en medio’. Él, levantándose, se puso allí. Entonces Jesús les dijo: ‘Yo os pregunto si en sábado es lícito hacer el bien en vez de hacer el mal, salvar una vida en vez de destruirla’. Y mirando a todos ellos, le dijo: ‘Extiende tu mano’. Él lo hizo, y quedó restablecida su mano. Ellos se ofuscaron, y deliberaban entre sí qué harían a Jesús.”

 

 

COMENTARIO

 

Los que persiguen a Jesús aprovechan cualquier situación para ponerlo en entredicho y hacer ver que, según ellos, incumple muchos preceptos de la Ley. Aquel del sábado, además, era de los más importantes.

 

Jesús sabe, sin embargo, que su misión no consistía en contentar a los poderosos sino en tener en cuenta a los necesitados y aquel hombre, que tenía la mano derecha seca, no era poco necesitado. Y lo cura.

 

Ellos, los que lo persiguen, no creen que sea importante curar sino hacerlo en sábado. Y Jesús, que tenía más claras las prioridades a seguir y a tener en cuenta, no duda lo más mínimo en hacer lo que debe hacer. Por eso los malvados se preguntaban qué iban a hacer con Jesús…

 

 

JESÚS, ayúdanos a tener en cuenta la misericordia de Dios.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

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