7 de noviembre de 2021

Cuidado con las apariencias


Mc 12, 38-44

 

38 Decía también en su instrucción: ‘Guardaos de los escribas, que gustan pasear con amplio ropaje, ser saludados en las plazas, 39 ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; 40 y que devoran la hacienda de las viudas so capa de largas oraciones. Esos tendrán una sentencia más rigurosa. 41 Jesús se sentó frente al arca del Tesoro y miraba cómo echaba la gente monedas en el arca del Tesoro: muchos ricos  echaban mucho. 42 Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas, o sea, una cuarta parte del as.

 

43 Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: ‘Os digo de verdad que esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del Tesoro.44 Pues todos han echado de los que les sobraba, ésta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir.”

 

  

COMENTARIO

 

En realidad, el episodio que nos narra hoy el Evangelio de San Marcos tiene todo que ver con lo que nosotros solemos creer que pasa y con lo que Dios sabe que pasa. Y es que había gran diferencia entre aquellos que echaban para el Templo el dinero que les sobraba y aquella pobre mujer, viuda, que echaba no lo que le sobraba sino, justamente, lo que le hacía falta para vivir. Y es que, en demasiadas ocasiones creemos que Dios no ve nada de lo que hacemos cuando, en realidad, es todo lo contrario y cuando creemos estar haciendo el bien, a lo mejor, tal cosa no es así.

 

Aquella viuda sí que hizo lo que tenía que hacer aunque la mayoría de las ocasiones a nosotros nos pueda parecer otra cosa…

 

 

 

JESÚS,  gracias por poner ejemplos tan claros de lo que es bueno y de lo que, en el fondo, no lo es.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

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