28 de agosto de 2021

¡Ay los talentos!

Mt 25, 14-28


"14.'Es también como un hombre que, al ausentarse, llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: 15.a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó. 16.Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco. 17.Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. 18.En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor. 19.Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos. 20.Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: 'Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado.' 21.Su señor le dijo: '¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.' 22.Llegándose también el de los dos talentos dijo: ' Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado.' 23.Su señor le dijo: '¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.' 24.Llegándose también el que había recibido un talento dijo: 'Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. 25.Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo.' 26.Mas su señor le respondió: 'Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí; 27 debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses. 28.Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez talentos.'"



COMENTARIO

No podemos negar que este texto del Evangelio puede causar impresiones, digamos, distintas según se lea y según se quiere interpretar. Y es que la entrega de aquellos talentos (aquí dinero) tiene mucho que ver con lo que en, verdad, quería expresar el Hijo de Dios.

Partamos de la base de que Dios entrega una serie de talentos, de gracias, a quien es hijo suyo que es, por decirlo pronto, todo el mundo. Entonces espera de nosotros que los hagamos rendir. Sin embargo, en algunas ocasiones, sea por la razón que sea, no hacemos eso sino todo lo contrario.

Cuando hacemos todo lo contrario, bien podemos pensar que al Creador no va a gustar nada que hagamos tal cosa con un bien que nos ha entregado. Y eso puede tener consecuencias nefastas para los que no hacemos lo que Dios quiere que hagamos con los talentos que nos ha entregado.



JESÚS, gracias por darnos a entender que los talentos están para hacerlos rendir.



Eleuterio Fernández Guzmán

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