Jn 3, 14-21
“14 Y como Moisés levantó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, 15 para que todo el
que crea tenga por él vida eterna. 16 Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que
crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. 17 Porque Dios no ha enviado
a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por
él. 18 El que cree en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado,
porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios. 19 Y el juicio está en
que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz,
porque sus obras eran malas. 20 Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y
no va a la luz, para que no sean
censuradas sus obras. 21 Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede
de manifiesto que sus obras están hechas
según Dios.”
COMENTARIO
Debemos
tener en cuenta que el Hijo de Dios hace referencia muchas veces, en este texto
del Evangelio de San Juan, a la vida eterna a la que se puede aspirar si…
El
caso es que para tener derecho a la vida eterna debemos no amar las tinieblas
sino la Luz y, siendo la Luz misma Jesucristo… en fin, como que no es difícil
saber qué es lo que debemos hacer y cuál ha de ser nuestro quehacer diario.
Ciertamente
que podemos hacer otra cosa y no tener en cuenta, para nada, lo que aquí se
dice. Y debemos decir, para que nadie se lleve a engaño, que Jesucristo no
habla lo que quiere como persona sino lo que es como Dios hecho hombre. Luego,
podemos decir, que nada nos extrañe…
JESÚS, gracias por poner las cartas sobre la mesa.
Eleuterio Fernández Guzmán
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