11 de diciembre de 2020

No querer reconocer a Cristo

Mt 11, 16-19

"'¿Pero, con quién compararé a esta generación? Se parece a los chiquillos que, sentados en las plazas, se gritan unos a otros diciendo:
`Os hemos tocado la flauta,
y no habéis bailado,
os hemos entonado endechas,
y no os habéis lamentado.'
'Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: `Demonio tiene.' Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: `Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores.' Y la Sabiduría se ha acreditado por sus obras.'"


COMENTARIO


Es bien cierto que no son pocas las ocasiones en las que el Hijo de Dios, como suele decirse, “lee la cartilla” (regaña) a muchos de los que se consideran sabios porque, en verdad, no lo son sino que andan por el mundo engallados de forma equivocada.

En esta ocasión lo hace, por así decirlo, con toda aquella generación que había tenido (si hubiera querido, claro) de reconocer que el hijo de María y, adoptivo, de José, era el Mesías aunque hubiese nacido en un pueblo tan poco importante, como Belén.

Sin embargo, ni quisieron reconocer la importancia de Juan el Bautista, ni la suya propia. Y no lo hicieron con el primero porque sí sabían que habría quien enviaría Dios por delante del Mesías y tal persona era el primo de Jesucristo. Y, luego, claro está, tampoco reconocieron al Enviado de Dios. Y así les fue y les va.


JESÚS, gracias por decir las cosas como deben ser dichas.


Eleuterio Fernández Guzmán

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