Jn 15, 1-7
"'Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la palabra que os he dicho. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos.'"
COMENTARIO
Vid y sarmientos
El Hijo de Dios hace uso de una imagen de la naturaleza que explica muchas cosas sobre qué somos y de Quién dependemos. Y es que sí, sin la Vid los sarmientos se acaban secando y muriendo y ya sabemos Quién es la Vid y quién los sarmientos.
Permanecer en Cristo
En realidad, nuestro camino hacia el definitivo Reino de Dios depende del todo de permanecer en Cristo o, lo que es lo mismo, de hacer lo que sabemos debemos hacer para no alejarnos del Maestro.
Cristo nos ha llamado amigos
Seguramente no puede haber nada mejor que Dios hecho hombre, Jesucristo, nos llame amigos y nosotros queramos serlo. Que queramos es, aquí, lo importante.
JESÚS, gracias por llamarnos amigos y serlo, de nosotros.
Eleuterio Fernández Guzmán
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