Lc 9, 46-50
“46
Se suscitó una discusión entre ellos sobre quién de ellos sería el mayor. 47
Conociendo Jesús lo que pensaban en su corazón, tomó a un niño, le puso a su
lado, 48 y les dijo: ‘El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y
el que me reciba a mí, recibe a Aquel que me ha enviado; pues el más pequeño de
entre vosotros, ése es mayor’. 49 Tomando Juan la palabra, dijo: ‘Maestro,
hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, y tratamos de
impedírselo, porque no viene con nosotros’. 50 Pero Jesús le dijo: No se lo
impidáis, pues el que no está contra vosotros, está por vosotros’”.
COMENTARIO
No
es nada de extrañar que, entre los discípulos de Jesús que andaban con Él,
digamos, al lado suyo (los Apóstoles, queremos decir) se quisiera saber quién
era el más importante. Era cosa humana y mundana, como sabemos.
Cristo,
sin embargo, sabía que el orden de las cosas, en el Reino de Dios, no es el
mismo que en el mundo. Y pone como ejemplo a un niño que, ciertamente, era tenido
por poco. Pero para Dios, los menos suelen ser los más.
Tampoco
extraña nada que hubiera quien quisiera apropiarse del apostolado y de la
transmisión de la Verdad. Pero, eso también, tenía un orden de cosas muy
diferente para Cristo. Y así se lo hacer ver… para que aprendan y, sobre todo,
comprenda.
JESÚS, gracias
por poner sobre la mesa la verdad de las cosas del alma.
Eleuterio Fernández Guzmán
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