Mt
18, 1-5.10
“1 En aquel momento se
acercaron a Jesús los discípulos y le dijeron: '¿Quién es, pues, el mayor en el
Reino de los cielos?'. 2 Él llamó a un niño, lo puso en medio de ellos 3 y
dijo: 'Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis
en el Reino de los Cielos. 4 Así pues, quien se haga pequeño como este niño,
ése es el mayor en el Reino de los Cielos. 7 Y el que reciba a un niño cómo este
en mi nombre, a mí me recibe.'
10 'Guardanos de
menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los
cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos'”.
COMENTARIO
Como aquellos que querían
ser el mayor de entre ellos mismos no acababan de comprender eso de ser el
primero, el mayor, le pregunta al Hijo de Dios. Alguno, seguramente, pensaría
que la respuesta no le iba a gustar.
Jesucristo sabe, a
ciencia y corazón ciertos, que los que le escuchan no creen que los niños tenga
demasiada importancia. Sin embargo, el Hijo de Dios los pone como ejemplo. Hay
que ser, entendiendo eso, como un niño, para entrar en el definitivo Reino de
Dios.
Pero, como era posible
que no acabaran de estar de acuerdo con Cristo, el hijo de María les pone sobre
la pista de las cosas que deben comprender y aceptar: los ángeles de los niños
ven el rostro de Dios y, claro está, pueden hablar muy de cerca con el
Todopoderoso.
JESÚS,
guárdanos de menospreciar a los pequeños en la
fe.
Eleuterio Fernández
Guzmán
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