13 de diciembre de 2017

Santa carga de Cristo


Mt 11,28-30

En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera’”.


COMENTARIO

Jesús gusta de consolar a los corazones atribulados que en el mundo han sido, son y serán. En tiempos de su primera venida ya lo hacía porque sabía que necesitaban tal ayuda y tal auxilio y gozaba con ello porque conocía perfectamente la situación de sus hermanos los hombres.

Es crucial acudir a Cristo en nuestras muchas necesidades. Eso lo recomienda el Hijo de Dios porque tiene un corazón grande donde cabemos todos. Acudir, pues, al alma del Hijo resulta muy beneficioso para nosotros, hermanos muy necesitados, tantas veces, de consuelo.

A lo mejor podemos pensar que acudir de tal manera a Jesucristo puede acarrearnos muchos problemas. Lo bien cierto es que, por eso mismo, no lo hacemos las veces que deberíamos hacerlo. Sin embargo Jesús no pone sobre la pista de la verdad: su carga es ligera y su yugo suave…

JESÚS, ayúdanos a llevar tu carga y tu yugo.


Eleuterio Fernández Guzmán

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