Lc 5, 17-26
“17 Y lo que se decía de
él, se propagó por toda Judea y por toda la región circunvecina. 18 Sus
discípulos llevaron a Juan todas estas noticias. Entonces él, llamando a dos de
ellos, 19 los envió a decir al Señor: ‘¿Eres tú el que ha de venir, o debemos
esperar a otro?’ 20 Llegando donde él aquellos hombres, dijeron: ‘Juan el
Bautista nos ha enviado a decirte: ¿Eres tú el que ha de venir o debemos
esperar a otro?’ 21 En aquel momento curó a muchos de sus enfermedades y dolencias,
y de malos espíritus, y dio vista a muchos ciegos. 22 Y les respondió: ‘Id y
contad a Juan lo que habéis visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los
leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a
los pobres la Buena Nueva; 23 ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!’
24 Cuando los mensajeros de Juan se alejaron, se puso a hablar de Juan a la
gente: ‘¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento?
25 ¿Qué salisteis a ver,
si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? ¡No! Los que visten magníficamente y
viven con molicie están en los palacios. 26 Entonces, ¿qué salisteis a ver? ¿Un
profeta? Sí, os digo, y más que un profeta.’”
COMENTARIO
La
labor que llevaba a cabo Juan el Bautista estaba dejando huella en muchas
personas. Por eso acudían a él desde lugares lejanos. Y es que se le tenía por
un profeta grande y querían recibir el perdón de los pecados.
Juan,
sin embargo, quiere sabe si aquel Maestro que enseña de forma sabia, Jesús, es
el que Dios iba a enviar al mundo, su Mesías. Y esto lo hace porque sabe que él
no lo es pues sólo bautiza con agua y no Espíritu Santo.
La
respuesta de Jesús es clara: los enviados del Bautista deben decirle a su
maestro que ahora los ciegos ven, los cojos andan y los muertos resucitan que
es lo que se decía en las Sagradas Escrituras acerca de la venida del Mesías.
JESÚS, ayúdanos a comprender que eres, Tú, el
Hijo de Dios.
Eleuterio Fernández Guzmán
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