9 de julio de 2015

Proclamar la Verdad


Jueves XIV del tiempo ordinario

Mt 10,7-15

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus Apóstoles: ‘Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis. No os procuréis oro, ni plata, ni calderilla en vuestras fajas; ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero merece su sustento. En la ciudad o pueblo en que entréis, informaos de quién hay en él digno, y quedaos allí hasta que salgáis. Al entrar en la casa, saludadla. Si la casa es digna, llegue a ella vuestra paz; mas si no es digna, vuestra paz se vuelva a vosotros. Y si no se os recibe ni se escuchan vuestras palabras, salid de la casa o de la ciudad aquella sacudiendo el polvo de vuestros pies. Yo os aseguro: el día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma y Gomorra que para aquella ciudad’”.

COMENTARIO

Lo que hay que hacer

En este texto recomienda Jesús, a los que envía a predicar por el mundo, una serie de comportamientos que deben tener en cuenta. En general, podemos decir que deben, en efecto, predicar la Buena Noticia para que el mundo se salve.

Lo que no hay que hacer

Sin embargo, hay algo que no deben tener en cuenta: la preocupación por aquello que es material. Sabe Cristo que el Padre va a preocuparse por ellos y no les faltará de nada.

Aceptar o no aceptar la Palabra de Dios

De todas formas, Jesús no obliga a nadie a escuchar a sus enviados. Sólo tiene en cuenta lo bueno de aquellos que anhelan la vida eterna y reciben bien las palabras de sus enviados.

JESÚS,  ayúdanos a aceptar siempre tu mensaje y tu palabra.



Eleuterio Fernández Guzmán

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