8 de noviembre de 2014

Ser fiel siempre




Sábado XXXI del tiempo ordinario


Lc 16,9-15

En aquel tiempo, Jesús decía a sus discípulos: ‘Yo os digo: Haceos amigos con el dinero injusto, para que, cuando llegue a faltar, os reciban en las eternas moradas. El que es fiel en lo mínimo, lo es también en lo mucho; y el que es injusto en lo mínimo, también lo es en lo mucho. Si, pues, no fuisteis fieles en el dinero injusto, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si no fuisteis fieles con lo ajeno, ¿quién os dará lo vuestro? Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero’. 

Estaban oyendo todas estas cosas los fariseos, que eran amigos del dinero, y se burlaban de Él. Y les dijo: ‘Vosotros sois los que os la dais de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que es estimable para los hombres, es abominable ante Dios
’”.


COMENTARIO

Jesús, al predicar, busca que aquellos que lo escuchan, comprendan que lo que es importante no es, muchas veces, lo que ellos creían que eran.  Y todo lo relacionado con el dinero era, para algunos de ellos, más que importante.

Jesús sabe que en el Reino de Dios importan otras cosas. Que, por ejemplo, lo que es pequeño resulta fundamental en las praderas del definitivo Reino de Dios. Por eso predica acerca de lo que, aparentemente es pequeño pero es muy importante.

Queda, sin embargo, algo muy importante: Dios conoce nuestros corazones y, por eso mismo, nada de lo que pretendamos esconder conseguiremos esconder.




JESÚS, ayúdanos a darnos cuenta de lo que, en verdad, importa.

Eleuterio Fernández Guzmán


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