22 de enero de 2013

Lo que de verdad importa


Martes II del tiempo ordinario

Mc 2, 23-28

“Un sábado, cruzaba Jesús por los sembrados, y sus discípulos empezaron a abrir camino arrancando espigas. Decíanle los fariseos: ‘Mira ¿por qué hacen en sábado lo que no es lícito?’. Él les dice: ‘¿Nunca habéis leído lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y él y los que le acompañaban sintieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios, en tiempos del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió los panes de la presencia, que sólo a los sacerdotes es lícito comer, y dio también a los que estaban con él?’. Y les dijo: ‘El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado. De suerte que el Hijo del hombre también es señor del sábado’".

COMENTARIO

Era muy común en época de Jesús tener la Ley de Dios que había elaborado el hombre como lo único que se podía cumplir. Sin embargo, como Jesús muchas veces les dice, no siempre acaban de entender lo que, en verdad, quiere Dios de cada uno de nosotros.

Frente a lo que parece lógico hacer porque así lo dice la Ley hay algo que está por encima de la misma: la misericordia. Eso les pasa a los discípulos de Jesús y, por eso mismo, el bien buscado es más importante, incluso, que la ley que hay que cumplir.

En realidad Jesús les dice lo que es importante: ha sido hecha la ley para el hombre pero no el hombre para la ley. Eso no quiere decir que no se deba cumplir la ley sino que, en determinadas circunstancias hay que sopesar mucho lo que se hace y las razones por las que se haga.

JESÚS, muchos estaban equivocados y tenían la ley por encima de las verdaderas necesidades del ser humano. Nosotros podemos caer, demasiadas veces, en lo mismo.






Eleuterio Fernández Guzmán


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