Lc 6, 39-42
“39 Les añadió una parábola: ‘¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿ No caerán los dos en el hoyo? 40 No está el discípulo por encima del maestro. Todo el que esté bien formado, será como su maestro. 41 ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? 42 ¿Cómo puedes decir a tu hermano: ‘Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo’, no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano. “
COMENTARIO
Lo que nos dice hoy el Hijo de Dios no es que esté lejos de la realidad o que esté exagerando Jesucristo sino que, al contrario, pone sobre la mesa una verdad más grande que el antiguo Templo de Jerusalén.
No es poco frecuente que nos demos cuenta de los errores que puedan cometer los demás y, es más, es hasta posible que se los hagamos ver para ver si los corrigen. Y eso, en forma de corrección fraterna no está mal.
Ciertamente, lo de arriba esta, digamos, bien pero deberíamos darnos cuenta de que nosotros también cometemos muchas faltas y pecados y que muchas veces bien no nos damos cuenta bien no queremos darnos cuenta. Y tales vigas, en muchas ocasiones, lastra nuestra visión espiritual y hasta la otra.
JESÚS, gracias por hacernos ver las cosas como son.
Eleuterio Fernández Guzmán
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