Mt 11,
16-19
“¿Pero, con quién compararé a esta generación? Se parece a los
chiquillos que, sentados en las plazas, se gritan unos a otros diciendo: ‘Os
hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonado endechas, y no
os habéis lamentado’.’Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen:
‘Demonio tiene.’ Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: ‘Ahí tenéis
un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores." Y la Sabiduría
se ha acreditado por sus obras’”.
COMENTARIO
Jesús conocía
el comportarse de su pueblo. A lo largo de los siglos habían recibido la
inspiración de los profetas que Dios había suscitado entre ellos pero no los
habían escuchado porque no decían lo que querían escuchar.
Sobre Juan,
su introductor en el mundo y su Precursor, habían dicho y hecho lo mismo que
otras tantas veces. Lo acusaban de todo lo acusable porque no les gustaba que
les dijera que tenían que enderezar sus vidas. Y de aquello de tener que
regalar una túnica si se tenían dos…
Pero sobre
Jesús dicen, según Él mismo sabe y cuenta, peor aún: que se sienta con
pecadores. De corazón duro aquel pueblo que no entendía, gran parte de él, que
no necesitan médico los que están sanos sino, en todo caso, los enfermos. Y a
ellos iba Jesús, médico del alma y, muchas veces, del cuerpo.
JESÚS, los que te persiguen no saben qué hacer para llevar a cabo su
terrible misión. Ayúdanos a no ser, de una forma o de otra, como ellos.
Eleuterio
Fernández Guzmán
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