Mt 10, 17-22
“Guardaos
de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus
sinagogas; y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que
deis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Mas cuando os entreguen, no os
preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os
comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino
el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros. ‘Entregará a la muerte
hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los
matarán. Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que
persevere hasta el fin, ése se salvará.’”
COMENTARIO
Lo
que dice Jesús en este texto del Evangelio de San Mateo no podemos negar que
sea poca cosa. Y es que nos habla de lo que pasará con aquellos que quieran
seguirle y ser sus discípulos. Humanamente nada bueno.
El
futuro es terrible, si lo consideramos desde el punto de vista terreno. Serán
entregados los que sigan a Cristo pero ellos tendrán defensa en el Espíritu
Santo que hablará por ellos. Y deben dejarse conducir por Él.
Pero
lo bueno, aquello que vale la pena, sirve para el bien del discípulo de Cristo.
El odio hacia los que sigan a Cristo tendrá un gran don y un gran regalo de
Dios: la salvación eterna. Para alcanzarla, sin embargo, hace falta perseverar
en la fe y en la oración.
JESÚS, ayúdanos a
perseverar en la fe y en la oración.
Eleuterio
Fernández Guzmán
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