COMENTARIO
Celebramos, con alegría agradecida
que Dios quiso que su Madre
al mundo viniera sin pecado concebida.
Celebramos que una niña,
llamada por sus padres María
viniera a ver la luz de aquel
su primer día
y, sin saber aún lo que hacer debía
seguro estamos que alcanzó a conocer,
con el saber de una criatura
que su mundo era el de Dios,
que su esperanza se la entregaba a vos.
Celebramos que hoy día, el ocho
del mes décimo segundo,
podemos dar gracias al Padre
por haber creado y hecho venir
a su Madre, para el mundo.
Gracias, damos a Dios,
por un don tan esperado,
de ver a su Madre Inmaculada
porque quiso Él tal regalo.
Amén.
JESÚS, gracias por tu Madre y la nuestra.
Eleuterio Fernández Guzmán
Celebramos, con alegría agradecida
que Dios quiso que su Madre
al mundo viniera sin pecado concebida.
Celebramos que una niña,
llamada por sus padres María
viniera a ver la luz de aquel
su primer día
y, sin saber aún lo que hacer debía
seguro estamos que alcanzó a conocer,
con el saber de una criatura
que su mundo era el de Dios,
que su esperanza se la entregaba a vos.
Celebramos que hoy día, el ocho
del mes décimo segundo,
podemos dar gracias al Padre
por haber creado y hecho venir
a su Madre, para el mundo.
Gracias, damos a Dios,
por un don tan esperado,
de ver a su Madre Inmaculada
porque quiso Él tal regalo.
Amén.
JESÚS, gracias por tu Madre y la nuestra.
Eleuterio Fernández Guzmán
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