Jn
12, 24-26
24 “'En verdad, en verdad
os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si
muere, da mucho fruto. 25 El que ama su vida, la pierda; y el que odia su vida
en este mundo, la guardará para una vida eterna. 26 Si alguno me sirve, queme
siga, y adonde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el
Padre le honrará.'”
COMENTARIO
Lo que dice el Hijo de
Dios en este texto del Evangelio de San Juan tiene todo que ve con lo que puede
ser nuestra salvación eterna. Y es, además, un aviso a quien crea que las cosas
se pueden hacer de otra forma.
Hay que dejar morir al
hombre viejo y dejar que fructifique, en el corazón, el hombre nuevo. Aquel que
tenía el corazón de piedra ha de morir para dar paso al que lo tiene de carne.
Y ese da fruto elevado y gozoso.
Seguir a Jesucristo
supone que, a su vez, se sirve a Dios mismo. En tal caso, no queda tal forma de
llevar la vida sin recompensa sino que, al contrario y como dice el Hijo, el
Padre eterno premiará tal actitud con dones y gracias y, luego, con la vida
eterna.
JESÚS,
gracias por
mostrarnos el camino hacia la vida eterna.
Eleuterio Fernández
Guzmán
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