Lc 8,1-3
"En aquel tiempo, Jesús iba por ciudades y pueblos,
proclamando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios; le acompañaban los
Doce, y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades:
María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer
de Cusa, un administrador de Herodes, Susana y otras muchas que les servían con
sus bienes".
COMENTARIO
Jesús cumplía con la misión que
le había encomendado su Padre: debía llevar la Palabra de Dios por todos
aquellos lugares que pudiera. Consistía, más que nada, en difundir que la
Verdad había llegado a constituir el Reino de Dios que era el Mesías mismo.
Anunciaba la Buena Noticia.
Aquella era, sobre todo, la que decía que Dios se había apiadado de su pueblo y
que había enviado al Mesías para que salvara al mundo de su caída en la fosa
por su falta de fe y confianza en el Señor.
A Jesús lo acompañaban muchas
personas. Algunas de ellas, las que se entregaron hasta el pie mismo de la
cruz, eran mujeres. Ellas le servían porque confiaban en Jesús y porque sabían
que era el Enviado de Dios. Y perseveraron en su fe.
JESÚS, muchas
mujeres te seguían porque habían creído en Tí. Ayúdanos a tener la fe que ellas
tuvieron.
Eleuterio Fernández Guzmán
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