8 de junio de 2017

Comprender, de verdad, la Ley de Dios


Jueves IX del tiempo ordinario
Mc 12,28-34

En aquel tiempo, se llegó uno de los escribas y le preguntó: ‘¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?». Jesús le contestó: «El primero es: ‘Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas’. El segundo es: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. No existe otro mandamiento mayor que estos’. 

Le dijo el escriba: ‘Muy bien, Maestro; tienes razón al decir que Él es único y que no hay otro fuera de Él, y amarle con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a si mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios’. 

Y Jesús, viendo que le había contestado con sensatez, le dijo: ‘No estás lejos del Reino de Dios’. Y nadie más se atrevía ya a hacerle preguntas.


COMENTARIO

Aquel escriba que le pregunta a Jesús a lo mejor tenía buena intención. Y es que era, del todo absurdo, preguntarle a un Maestro como el hijo de María, acerca de lo que más importa. Es posible que quisiera confirmar que, en efecto, era el Hijo de Dios.

La contestación de Jesucristo es clara: lo primero que se debe hacer es amar a Dios sobre todas las cosas y luego al prójimo como nos amamos a nosotros mismos. Y tal orden de cosas no debía ser alterado.

Cuando el escriba le responde acerca de lo que el Hijo de Dios le ha dicho sabe Jesucristo que ha creído en Él. Seguramente suposición de escriba no le permitía mostrar eso pero Jesucristo lo sabía. Por eso lo acerca al definitivo Reino de  Dios. Había comprendido.


JESÚS, ayúdanos a comprender la Ley de Dios.



Eleuterio Fernández Guzmán

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