26 de septiembre de 2016

Lo que importa

Lunes XXVI del tiempo ordinario

Lc 9,46-50

En aquel tiempo, se suscitó una discusión entre los discípulos sobre quién de ellos sería el mayor. Conociendo Jesús lo que pensaban en su corazón, tomó a un niño, le puso a su lado, y les dijo: ‘El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, recibe a Aquel que me ha enviado; pues el más pequeño de entre vosotros, ése es mayor’. 
Tomando Juan la palabra, dijo: ‘Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no viene con nosotros’. Pero Jesús le dijo: ‘No se lo impidáis, pues el que no está contra vosotros, está por vosotros’”.

COMENTARIO

No es nada extraño que entre los que iban con Jesús quisiesen saber quién era el primero de entre ellos.  Y es que aún no habían acabado de comprender lo que era verdaderamente importante.

Jesús acerca a sí un niño. Lo que quiere decirles con eso es que deben tener en cuenta a los más necesitados porque sólo quien tiene un corazón de carne podrá entrar en el Reino de los Cielos. Así, además, se recibe a Él mismo.

Seguían, de todas formas, con su ansia de poder. Y es que Juan no había gozado mucho con ver que otros predicaban en nombre del Maestro. Pero Jesús, que sabía que eso era necesario para la expansión del Reino de Dios en la Tierra, le reprende cariñosamente sabiendo que lo va a entender. Al menos eso cree Cristo.


JESÚS, ayúdanos a comprenderte

Eleuterio Fernández Guzmán


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