Jn 15, 26-27; 16, 12-15.
“Cuando venga el Paráclito, que yo os
enviaré de junto al Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él
dará testimonio de mí. Pero también vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo desde el principio.
Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora
no podéis con ello. Cuando venga él, el
Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por
su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. Él
me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros. Todo lo
que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo
anunciará a vosotros.”
COMENTARIO
Jesús sabía, aquí lo dice, que había cosas que no podían comprender ni
siquiera aquellos que se le seguían más de cerca y habían escuchado mucho más
que otros. Por eso les habla del Espíritu Santo.
Dice Jesús que enviará, de junto al Padre, al Defensor, al Paráclito. El
Espíritu Santo, que luego, en efecto, enviaría, debía cumplir una misión muy
importante que, en general, consistiría en dar testimonio de Cristo.
El Espíritu Santo no haría nada como si nada tuviese que ver ni con Dios
no con su Hijo Jesucristo. No. El caso es que iba a hacer lo que debía llevar a
cabo según la voluntad de Dios y, sobre todo, anunciaría, con sus mociones, lo
que el hombre debía conocer y saber.
JESÚS, ayúdanos a aceptar las mociones del Espíritu Santo.
Eleuterio Fernández Guzmán
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