22 de junio de 2013

Providencia de Dios





Sábado XI del tiempo ordinario

Mt 6, 24-34

”En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero. Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida?

‘Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos. Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura. Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal’”.



COMENTARIO

Servir a Dios

Para Jesús servir al Dios antes que al hombre o, lo que es lo mismo, cumplir la voluntad del Creador, es lo más importante y crucial en la vida de un hijo que ama a su Padre.


Providencia de Dios

El hijo de Dios ha de confiar en su Padre del Cielo. Así, más que querer someterse a dictados de magos o quiromantes o realidades similares debe estar más que seguro que el Creador vela por su vida y por sus circunstancias. Y confiar, ser fiel, tener fe.


Hacer lo que corresponde a cada día

Preocuparse por lo que tiene que venir sin tener en cuenta lo que ahora mismo hay que hacer no tiene sentido alguno. Nosotros no podemos hacer nada por el porvenir porque está escrito. Sin embargo, sí podemos decidir qué hacemos ahora porque está en nuestras manos. Y ha de estar entregarse al prójimo y amar a Dios sobre todas las cosas. Lo demás… ya vendrá.


JESÚS, las realidades más elementales las tenías que enseñar. En realidad, no solemos tenerlas en cuenta y así nos va…





Eleuterio Fernández Guzmán


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