17 de mayo de 2013

Pentecostés, Acción Católica... cumplir la misión


ELEUTERIO 




Es más que común y conocido que en temas de evangelización pudiera dar la impresión de que la misma corresponde a las personas que, en el seno de la Iglesia católica, están ocupando algún tipo de ministerio que está puesto, precisamente, para eso.  
Así, también pudiera dar la impresión de que a los seglares no nos corresponde tal misión como si formáramos parte de la Esposa de Cristo de una manera, digamos, colateral y eso no fuera con nosotros.
Sin embargo, a lo largo de la historia de la Iglesia fundada por Cristo aquellos que somos, simplemente, laicos, también tenemos algo que hacer. Pensar otra cosa es vivir, francamente, en otro mundo.
El domingo 19 de mayo se celebra algo que es muy importante y que no deberíamos olvidar, sobre todo, los laicos: el “Día de la Acción Católica y el Apostolado Seglar” pues si hay una, digamos, organización que es crucial en el entendimiento de la vida ordinaria del que vive el siglo es, precisamente, Acción Católica.
En realidad, es muy propio del día en el que celebraremos Pentecostés hagamos lo propio con AC.
El lema para este año 2013 es “Testigos de la fe en el mundo” porque, en efecto, los seglares, somos testigos de una creencia que en el mundo ha de difundirse por mandato directo de Jesucristo, precisamente, en Pentecostés.
En el Mensaje que han elaborado nuestros pastores para la ocasión se nos dice que “La fe, precisamente porque es un acto de la libertad, exige también la responsabilidad social de lo que se cree. La Iglesia en el día de Pentecostés muestra con toda evidencia esta dimensión pública del creer y del anunciar a todos sin temor la propia fe. Es el don del Espíritu Santo el que capacita para la misión y fortalece nuestro testimonio, haciéndolo franco y valeroso” (refiriéndose esta cita al documento de Benedicto XVI Porta Fidei, en concreto en su número 1º).
Queda, pues, todo, bien meditado y dictado aquello que debemos llevar a cabo. No se trata de estar en el mundo como si no se notase que somos cristianos sino, todo lo contrario, que se note y lo más posible, que no seamos tibios en la fe y que llevemos, a nuestro alrededor y cada uno en su propio ambiente, la creencia que tenemos en Dios Todopoderoso, en su Hijo Jesucristo y en la acción del Espíritu Santo en nuestra vida.
Pero, es más, un poco más abajo, refiriéndose ahora a la Acción Católica nos dicen que “En este día de la  Acción Católica y del Apostolado Seglar os animamos a recuperar un texto de la exhortación apostólica postsinodal, Christifideles laici, de la que se cumplirán 25 años el próximo mes de diciembre: ‘Los fieles laicos –debido a su participación en el oficio profético de Cristo- están plenamente  implicados en esta tarea (la nueva evangelización) de la Iglesia. En concreto, les corresponde testificar cómo la fe cristiana –constituye la única respuesta plenamente válida a los problemas y expectativas que la vida plantea a cada hombre y a cada sociedad. Esto será posible si los fieles laicos saben superar en ellos mismos la fractura entre el Evangelio y la vida, recomponiendo en su vida familiar cotidiana, en el trabajo y en la sociedad, esa unidad de vida que en el Evangelio encuentra inspiración y fuerza para realizarse en plenitud” (refiriéndose , en este cado al número 34 del citado documento eclesial).
Lo que se nos dice es que no podemos hacer como si el Evangelio no tuviera nada que ver con nuestra vida ordinaria cuando es al contrario la verdad: la Palabra de Dios no está puesta, sólo, para leerla y deducir, de esto, que el Creador inspira muy bien a quien quiere sino para que a cada uno de nosotros, se nos plante en el corazón una semilla que, al fructificar, nos adentra en el mundo sabiendo que el mundo es una gran mies que debe ser regada con el Agua Viva de la Palabra de Dios y labrada con el hacer de los trabajadores que Dios envía a tales campos del mundo.
Acción Católica ha sido, desde su creación, un semillero de laicos que han dado vida a la Esposa de Cristo. Desde ella se han fecundado muchos corazones de católicos y en ella muchos hermanos en la fe han crecido espiritualmente y se han dado cuenta del gozo inmenso que supone ser hijo de Dios pero, sobre todo, de que no puede estar parado mirando qué pasa en el mundo sino, al contrario, moviéndose con el mundo iluminando al mismo con lo que supone su fe.
Y, nada mejor que pedir al Espíritu Santo, en el día de Pentecostés del próximo domingo 19 de mayo, para que, a través de sus mociones, implique a los seglares en la difusión de la fe cristiana y, también, en lo que eso supone en sus vidas y en la del mundo.

Eleuterio Fernández Guzmán

Publicado en Análisis Digital

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