7 de octubre de 2012

Esto es lo que quiere Dios





Domingo XXVII (B) del tiempo ordinario

Mc 10,2-16

“En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban: ‘¿Puede el marido repudiar a la mujer?’. Él les respondió: ‘¿Qué os prescribió Moisés?’. Ellos le dijeron: Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla’. Jesús les dijo: ‘Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto. Pero desde el comienzo de la creación, Él los hizo varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre’. Y ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto. Él les dijo: ‘Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio’”.

Le presentaban unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían. Mas Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él». Y abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos sobre ellos".


COMENTARIO

Las leyes que hacen los hombres no suelen ser, ni mucho menos, las que cumplen la voluntad de Dios. Es más, la mayoría de las veces se alejan tanto de la misma que la  impresión de que nunca han sabido que existe una norma que está por encima de las humanas.

Dice Jesús que lo que Dios une no lo puede separar el hombre. Por eso se extrañan aquellos que le preguntan acerca de que sí pueden separarse, gracias a Moisés, aquellos hijos de Dios. En efecto, así es pero es por la dureza del corazón de aquellos que se sabían pueblo elegido por el Creador.

Es más, Jesús pone muy por encima de la consideración que entonces tenían los niños a los pequeños. Ser como niño que tiene a su padre como alguien que siempre le defenderá ante la adversidad es una forma de comportarse con confianza y, en realidad, como Dios quiere. Por eso quien no actúe como un niño no entrará en el definitivo Reino de Dios.


JESÚS,  aquellos que te siguen tienen que comprender que la ley de Dios no es la que ellos, muchas veces, creen que es sino otra muy distinta. Pero eso, otras tantas veces, no nos conviene a nosotros y miramos para otro lado.



Eleuterio Fernández Guzmán


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