Miércoles X
del tiempo ordinario
Mt 5,17-19
“En aquel tiempo, Jesús dijo a sus
discípulos: ‘No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he
venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la
tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda.
Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo
enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio,
el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos’”.
COMENTARIO
Era común creer, entre el pueblo judío,
que el Mesías vendría a terminar de raíz con lo que existía y a establecer el
Reino de Dios. Y eso era cierto y no lo era. Jesús no había venido a lo primero
pero sí a lo segundo.
Lo que dice Jesús es grave de toda
gravedad para quien se diga hijo de Dios y, en realidad, no lo sea. Dice que la
ley de Dios hay que cumplirla y que se
va a cumplir hasta el último de sus preceptos. Y eso, dicho para quien tanto se
la saltaba, era muy grave.
Cumplir lo más pequeño de la ley de
Dios es muy importante para el Creador. Es más, quien así lo hace puede que en
este mundo sea el más pequeño pero en el definitivo Reino de Dios es el más
grande porque ha cumplido con la voluntad del Todopoderoso.
JESÚS, ¡qué difícil es seguirte! Lo es
porque cumplir, a la perfección con lo que quiere el Padre resulta de lo más
duro. Sin embargo, hacemos lo que podemos a pesar de nuestras caídas.
Eleuterio Fernández Guzmán
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