19 de junio de 2024

Dios ve en lo secreto de nuestro corazón

Mt 6, 1-6.16-18


"Jesús dijo a sus discípulos:

'Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre de ustedes que está en el cielo. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.

Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres noten que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.'"

COMENTARIO

No podemos negar que el Hijo de Dios conocía muy bien la actitud que muchos de sus contemporáneos seguían y llevaban a cabo. Es decir, que los tenía más que calados. 

Lo bien cierto es que no había mucho acuerdo entre lo que se hacía o, al menos, lo que muchos hacían, y lo que se debía hacer. Y por eso Jesucristo quiere corregir ciertas actitudes que, es seguro, no agradaban nada a Dios. 

Dios ve en lo secreto. Eso lo dice aquí muchas veces Su Único Hijo engendrado y no creado. Y era por eso y es por eso que debemos hacer las cosas no como creemos que nos conviene sino como deben ser hechas.

JESÚS, gracias por ponernos en el camino hacia el Cielo. 

Eleuterio Fernández Guzmán

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