Lc 12, 8-12
"Jesús dijo a sus discípulos:
Les aseguro que aquél que me reconozca abiertamente delante de los hombres, el Hijo del hombre lo reconocerá ante los ángeles de Dios. Pero el que no me reconozca delante de los hombres no será reconocido ante los ángeles de Dios.
Al que diga una palabra contra el Hijo del hombre se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará.
Cuando los lleven ante las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará en ese momento lo que deban decir."
Les aseguro que aquél que me reconozca abiertamente delante de los hombres, el Hijo del hombre lo reconocerá ante los ángeles de Dios. Pero el que no me reconozca delante de los hombres no será reconocido ante los ángeles de Dios.
Al que diga una palabra contra el Hijo del hombre se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará.
Cuando los lleven ante las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará en ese momento lo que deban decir."
COMENTARIO
Es
cierto que Dios es bueno y que Cristo, que es Dios hecho hombre, también
lo es. Sin embargo, muchas veces se olvida que también es justo y que
su Justicia es verdadera y, además, necesaria y exacta.
Esto de
arriba lo decimos porque aquí lo deja bien claro Jesucristo al decir que
hay que reconocerlo como Quien es. Y eso no es nada del otro mundo
sino, simplemente, decir las cosas como son.
Y, para
que nadie se lleve a engaño, también deja bien claro el Hijo de Dios las
consecuencias de no reconocerlo y, además, de pecar contra el Espíritu
Santo. Y es que ahora mismo deberíamos recordar aquello del llanto y el
rechinar de dientes y dónde pasa eso...
JESÚS, gracias por echarnos una mano tan grande a la hora de comprender lo que nos conviene.
Eleuterio Fernández Guzmán
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