Mt 7, 17-22
“15 ‘Guardaos
de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16
Por sus frutos los conoceréis. Acaso se
recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? 17 Así, todo árbol bueno da frutos buenos,
pero el árbol malo da frutos malos. 18 Un árbol bueno no puede producir frutos
malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. 19 Todo árbol que no da buen
fruto, es cortado y arrojado al fuego. 20 Así que por sus frutos los
reconoceréis.’”
COMENTARIO
Hay
algo que el Hijo de Dios dice dos veces en este texto del Evangelio de San
Mateo: “por sus frutos los reconoceréis”. Y es que, en verdad, una cosa es lo
que decimos y otra, a veces muy distinta, lo que hacemos.
Es
cierto y verdad que resulta difícil que de un árbol malo pueda obtenerse fruto
bueno sino que, como es de esperar, el resultado sea malo de toda maldad.
En
realidad, Jesucristo quiere que nosotros seamos como el árbol bueno que da buen
fruto. Así reconocerán que somos discípulos suyos.
JESÚS, gracias por
querer que demos buen fruto.
Eleuterio Fernández Guzmán
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