24 de junio de 2022

Confesión de fe

Lc 15, 3-7



Jesús dijo a los fariseos y a los escribas esta parábola:

‘Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: “Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido”.

Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.’


COMENTARIO


Esto que nos dice el Hijo de Dios en este texto del Evangelio de San Lucas acerca de la oveja perdida deberíamos tenerlo muy en cuenta por si somos nosotros los que nos perdemos.

Es cierto que quien encuentre a una oveja perdida ha de sentirse feliz, inmensamente feliz. Y las palabras del pastor son síntoma de gozo porque ha encontrado a la oveja que se le perdió y que fue, por ejemplo, el caso de aquel hijo pródigo que volvió a la casa de su padre…

Nosotros, de todas maneras, es posible que necesitemos conversión o, mejor, confesión de fe que es un, a modo, de conversión diaria. Y es que Dios no ha de querer que sus hijos se despisten en lo referido a la fe...



JESÚS, gracias por esta parábola que tanto nos dice.



Eleuterio Fernández Guzmán

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