18 de julio de 2021

Sigamos al Buen Pastor

Mc 6,30-34

 

“30 Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que  habían hecho y lo que habían enseñado. 31 Él, entonces, les dice: ‘Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco.’ Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer. 32 Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario. 33 Pero los vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos. 34 Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.”

 

 

COMENTARIO   

 

Ciertamente, nos podemos imaginar a los Apóstoles, enviados a su mundo particular, a las tierras donde podían llegar con los medios de entonces, predicando. Y es que el trabajo era mucho y muchos los que debían conocer la Buena Noticia.

 

Que el Hijo de Dios quisiese que descansen era de lo más normal pues estamos más que seguros que a Él tampoco le dejaban tiempo ni para comer como se nos dice en el texto bíblico del Evangelio de San Marcos. Merecían, por tanto, un descanso.

 

Sin embargo, eso, al parecer, no le importaba nada a nadie de los que los seguían. Y es que ellos, como dice Jesucristo, andaban casi como ovejas que no tienen pastor que los guíe. Y Él iba a ser, como sabemos, el Buen Pastor. Y lo fue.

 

 

JESÚS,  gracias por cumplir tu misión tan a la perfección.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

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