10 de febrero de 2021

Lo que sale del corazón


Mc 7, 14-23


"Jesús, llamando a la gente, les dijo: 'Escúchenme todos y entiéndanlo bien. Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre. ¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!'
Cuando se apartó de la multitud y entró en la casa, sus discípulos le preguntaron por el sentido de esa parábola. Él les dijo: '¿Ni siquiera ustedes son capaces de comprender? ¿No saben que nada de lo que entra de afuera en el hombre puede mancharlo, porque eso no va al corazón sino al vientre, y después se elimina en lugares retirados?' Así Jesús declaraba que eran puros todos los alimentos.
Luego agregó: 'Lo que sale del hombre es lo que lo hace impuro. Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino.
Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre'".




COMENTARIO



Había en la ley judía muchos preceptos que declaraban que determinados alimentos eran algo así como impuros y no podían ser comidos por los miembros del pueblo escogido por Dios.


El Hijo de Dios debía ver, y vio, por fuerza que aquella forma de pensar distaba mucho de la Voluntad de Dios pues, por si mismo, aquello era un contrasentido y, sobre todo, una falta de comprensión, siquiera, de la realidad física de las cosas.


Que determinara Jesucristo aquello era más que grave para según qué pensamientos. Y es que había acabado de decir que todos los alimentos eran puros y eso iba en contra, directamente, del pensamiento de muchos.





JESÚS, gracias por decir las cosas como son a pesar de muchos y tantos.



Eleuterio Fernández Guzmán

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