17 de diciembre de 2020

Venir de Dios mismo


Mt 1,1-3.5-7.11-17

1 Libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: 2 Abraham engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos, 3 Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zara, Fares engendró a Esrom, Esrom engendró a Aram, 5 Salmón engendró, de Rajab, a Booz, Booz engendró, de Rut, a Obed, Obed engendró a Jesé, 6 Jesé engendró al rey David. David engendró, de la que fue mujer de Urías, a Salomón, 7 Salomón engendró a Roboam, Roboam engendró a Abiá, Abiá engendró a Asaf, 11 Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando la deportación a Babilonia. 12 Después de la deportación a Babilonia,  econías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, 13 Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliakim, Eliakim engendró a Azor, 14 Azor engendró a Sadoq, Sadoq engendró a Aquim, Aquim engendró a Eliud, 15 Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Mattán, Mattán engendró a Jacob, 16 y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo. 17 Así que el total de las generaciones son: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.


COMENTARIO


La Santa Escritura nos recuerda, en el Evangelio de San Mateo, el origen, digamos, físico, del Hijo de Dios porque, como hombre, tiene un origen que en el tiempo se remonta al padre de la fe Abrahám porque, en todo caso, ha de entroncar con lo bueno y mejor que Dios ha sugerido para el mundo.

Es cierto y verdad que muchas generaciones han ido pasando desde entonces porque se trata de muchos siglos desde aquel momento en el que Abrahám dejó su tierra.

Hay, aquí, clara una cosa: no dice que José engendró a Cristo sino que fue el esposo de María. Y tal es así para certificar que fue el Espíritu Santo quien cubrió con su sombra a la joven que había sido elegida por Dios para ser su Madre.


JESÚS, gracias por cumplir con la Voluntad de Dios y ser un buen Hijo.


Eleuterio Fernández Guzmán

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