Jn 13, 16-20
"'En verdad, en verdad os digo: no es más el siervo que su amo, ni el enviado más que el que lo envía. 'Sabiendo esto, dichosos seréis si lo cumplís. No me refiero a todos vosotros; yo conozco a los que he elegido; pero tiene que cumplirse la Escritura: El que come mi pan ha alzado contra mí su talón. 'Os lo digo desde ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, creáis que Yo Soy. En verdad, en verdad os digo: quien acoja al que yo envíe, me acoge a mí, y quien me acoja a mí, acoge a aquel que me ha enviado.'"
COMENTARIO
El Hijo de Dios lleva, por así decirlo, unos días apuntando hacia Dios de una manera bien clara y bien definida. Y lo hace no son subterfugios ni con palabras que no se puedan entender sino, al contrario, de una manera clara y diáfana. Y lo hace porque sabe y reconoce que aceptar tales palabras supone aceptar la Voluntad del Todopoderoso y, así, alcanzar la vida eterna.
El caso es que hoy incide en algo que muchas veces olvidamos: quien acepta a quien ha sido enviado por el Hijo de Dios lo que está haciendo no es aceptar, que también, al Hijo de Dios, sino a Quien lo ha enviado, que no es otro que el Creador.
Todo eso, podemos decir, no es nada difícil de entender pero, a veces, sí lo es de llevar al corazón.
JESÚS, gracias por haber sido siempre Quien eres.
Eleuterio Fernández Guzmán
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